El Tribunal de Distrito de Tel Aviv citó a declarar a Netanyahu, su esposa Sara y su hijo Yair, a quien Olmert también atribuyó problemas mentales.
La familia Netanyahu reclama 837 mil sequeles (unos 257 mil dólares) por presunta difamación.
La acusación se basa en par de entrevistas ofrecidas por Olmert poco antes de las elecciones generales celebradas el pasado año, cuando Netanyahu se presentó como candidato.
Mediante una carta enviada a la corte, el exjefe de Gobierno volvió a ratificar en enero último sus comentarios y presentó una solicitud al Tribunal para someter a esa familia a una evaluación psiquiátrica, lo cual fue rechazado por la justicia.
Nunca he visto a otros líderes mundiales comportarse de esa manera, afirmó este domingo Netanyahu.
“Aquí en la corte, digo categóricamente que no tengo antecedentes psiquiátricos”, respondió a una pregunta por su negativa a revelar los registros médicos para refutar las acusaciones.
Olmert, ocupó el cargo de primer ministro de 2006 pero dejó el puesto en 2009 tras ser acusado de corrupción. Cinco años después fue declarado culpable de fraude en 2014 y cumplió 16 meses de una sentencia de 27 meses de prisión.
Su sucesor, quien fue desplazado hace un año del poder por una variopinta coalición, también enfrenta tres investigaciones por soborno, fraude y abuso de confianza.
La fiscalía acusó a Netanyahu en el llamado caso cuatro mil de beneficiar de manera ilícita los intereses comerciales del magnate de las telecomunicaciones Shaul Elovitch a cambio de una cobertura positiva en el portal noticioso Walla.
El dirigente opositor tiene abierto otros dos casos: el mil por presuntamente aceptar regalos caros a cambio de favores y el dos mil por pactar con el editor del diario Yedioth Ahronoth una cobertura favorable al primer ministro si este último debilitaba al periódico rival Israel Hayom.
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