Declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2020, deviene principal estrategia para impulsar acciones y construir una sociedad que incluya todos los grupos etarios, resaltó la oficina sanitaria de la región de las Américas.
Esta iniciativa mundial -remarcó- tiene como primera área de trabajo cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento, así como asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores.
En tercer lugar insiste en ofrecer atención integral centrada en el individuo y servicios de salud primaria que respondan a este segmento, mientras busca por otra parte brindar acceso a la atención a largo plazo para quienes lo necesitan, agregó la OPS.
El plan concebido tiene como base orientaciones anteriores, como la Estrategia Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud de la Organización Mundial de la Salud, recordó.
Incluyó igualmente el Plan de Acción Internacional de Madrid de las Naciones Unidas sobre el Envejecimiento y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU.
En el continente americano la mayoría de las muertes relacionadas con la Covid-19 afectaron a personas de 70 años o más, un ejemplo de la fragilidad de este segmento, como también de los sistemas de salud y las comunidades que les prestan apoyo.
La OPS instó en este periodo a la colaboración concertada, catalizadora y sostenida, a estrechar los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales y el mundo académico.
Consideró importante asimismo el impacto de los medios de comunicación y el sector privado para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades.
La discriminación contra la edad tiene efectos particularmente perjudiciales en la salud y el bienestar de las personas mayores, señaló finalmente la entidad sanitaria de las Américas.
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