Publicado en la revista Nature Biotechnology, esta investigación buscaba diseñar genéticamente glóbulos blancos tipo B dentro del cuerpo de un paciente, pues una vez modificadas, las células sanguíneas serían capaces de secretar anticuerpos neutralizantes contra el virus responsable de esta enfermedad, erradicándolo del organismo.
Este tipo de células se forma inicialmente en la médula ósea, pero se mueve hacia la sangre y el sistema linfático a medida que madura, generando anticuerpos contra una variedad de bacterias y virus, explicó el artículo.
Antes de modificar las células B fuera del cuerpo para crear una inyección única, el equipo tuvo que asegurarse de que estas pudieran generar los anticuerpos deseados, lo cual significaba diseñarlos genéticamente dentro del organismo, señaló el jefe del proyecto, Adi Barzel, de la Escuela de Neurobiología, Bioquímica y Biofísica de la Universidad de Tel Aviv.
“Hasta ahora, pocos científicos –nosotros entre ellos– habían podido diseñar células B fuera del cuerpo, y en esta ocasión, por primera vez se hace al interior y se logra que estas células generen los anticuerpos deseados”, destacó Barzel, explicando el proceso del estudio.
El proceso de ingeniería genética se realizó con portadores virales tomados de virus que se modificaron para que, sin causar daño, transportaran el gen necesario codificado para el anticuerpo en las células B insertadas en el paciente, precisó el científico.
Para modificar estas células, se utilizó la tecnología de edición de genes Crispr, mediante la cual las bacterias utilizan un sistema inmunológico como motor de búsqueda molecular que localiza secuencias virales y las deshabilita, comentó a su vez Alessio Nehmad, otro de los especialistas del equipo.
Por el momento, el estudio se llevó a cabo con conejillos de India a los que se les administró el tratamiento y se generaron grandes cantidades del anticuerpo deseado en la sangre, confirmó Barzel.
El equipo confirmó que los anticuerpos fueran realmente efectivos para neutralizar el virus del VIH en la placa de laboratorio, agregó el investigador.
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