La muerte de Bruno y Dom no fue un accidente, sino resultado directo de la agenda del presidente Jair Bolsonaro para la Amazonía, la cual abre el camino para que se produzcan actividades predatorias y crímenes a plena luz del día, afirmó la organización internacional en un comunicado publicado en su página electrónica.
El periodista británico y su guía desaparecieron el 5 de junio en la región amazónica del Valle de Javari, pero la víspera se informó que dos hermanos detenidos en relación con el caso confesaron el doble asesinato, aunque todavía se investigan sus motivaciones.
Según trascendió, el jefe de la Policía Federal en el estado de Amazonas, Eduardo Fontes, dijo que uno de los sospechosos llevó a los agentes al lugar donde sepultaron los cuerpos, los cuales fueron exhumados y entregados a los forenses para su identificación.
Tras expresar sus condolencias por la muerte del corresponsal del diario The Guardian y del indigenista local, Greenpeace señaló que Brasil se convirtió en un lugar donde las invasiones de tierra, la minería y tala ilegales y los conflictos territoriales están a la orden del día desde hace tres años.
Gracias a las acciones y omisiones de un gobierno comprometido con una economía de destrucción hemos perdido a dos grandes defensores de la Amazonía, y nos hemos convertido en rehenes del crimen organizado que ahora controla la región, aseveró el vocero de la organización ecologista en el país sudamericano, Danicley de Aguiar.
El texto también cita al director ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido, Pat Venditti, quien tras llamar a detener la violencia y la represión en la regió amazónica, aseguró que el mejor tributo que se le puede rendir a Dom y a Bruno es continuar con su trabajo hasta que los pueblos brasileños y sus bosques estén totalmente protegidos.
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