Christopher Geidt no dio detalles sobre los motivos que lo llevaron a tomar la decisión, que en opinión de analistas representa un duro golpe para los intentos de Johnson de pasar la página del escándalo por las fiestas ilegales celebradas en su despacho durante la cuarentena por la Covid-19.
Creo, con pesar, que lo correcto es dimitir de mi cargo como asesor independiente, dijo Geidt en un escueto comunicado divulgado anoche.
La oficina de Johnson tampoco dio mayores detalles y se limitó a expresar su sorpresa y a agradecerle al antiguo secretario personal de la reina Isabel II por sus servicios.
La renuncia se produjo un día después de su comparecencia ante el comité parlamentario de asuntos constitucionales y administrativos, donde admitió que la multa impuesta al gobernante conservador a raíz del “partygate” podría interpretarse como una violación del código de ética ministerial.
El hermetismo del gobierno contrastó con la reacción de la oposición, que de inmediato recordó que Geidt es el segundo supervisor de ética de Johnson que dimite en los últimos dos años.
La persona que debía abandonar el número 10 de Downing Street (residencia oficial del primer ministro) es el propio Boris Johnson, afirmó la vicejefe del Partido Laborista, Angela Rayner, quien cuestionó la capacidad de este para gobernar después que sus asesores se sienten incapaces de defender su conducta.
El líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, también consideró que tras la renuncia de Geidt y Alex Allan en 2020, es obvio que el primer ministro es quien debe presentar la dimisión.
La número dos de la bancada parlamentaria del Partido Nacional Escocés, Kirsten Oswald, opinó, por su parte, que la retirada del asesor socava totalmente la credibilidad de un sistema diseñado para mantener a raya a los ministros del gobierno.
Aunque según las leyes internas del partido Johnson no puede volver a ser sometido a un voto de confianza hasta dentro de un año, el gobernante enfrenta todavía una investigación parlamentaria.
Esta es para determinar si mintió a sabiendas a los diputados cuando les aseguró en diciembre pasado que en Downing Street siempre se respetaron las medidas sanitarias por la Covid-19.
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