Ambos profesionales fueron vistos por última vez en esa fecha en la comunidad amazónica de Sao Rafael, dentro de las tierras indígenas del Valle de Javari, desde donde partieron hacia Atalaia del Norte, aunque no llegaron a su destino.
El crimen de Phillips, colaborador del diario The Guardian, y Araújo, estudioso sobre nativos no contactados, fue confesado el miércoles por un detenido, quien llevó a la policía hasta una zona remota en la selva donde fueron descubiertos despojos humanos sometidos ahora a pericia.
Según la Policiía Federal (PF), el principal sospechoso, el pescador Amarildo da Costa Oliveira, conocido como Pelado, admitió el doble homicidio por «disparo de arma de fuego».
Los forenses empezaran a trabajar este viernes en Brasilia y los resultados deben estar listos la próxima semana.
De acuerdo con la evaluación de los investigadores, será posible realizar pruebas de ADN para la caracterización de los cadáveres. Confirmadas las identidades, serán entregados a las respectivas familias de las víctimas.
El periódico O Globo asegura que, tras la localización de los restos y la confidencia del arrestado, la PF inicia una nueva etapa para esclarecer lo que sucedió con los dos eliminados.
Precisa que la capital federal alberga la sede del laboratorio de criminalística de la PF, aunque la pesquisa, sin embargo, sigue siendo conducida desde Manaos, capital del estado de Amazonas (noroeste).
«El análisis de ADN traerá robustez a la investigación no solo por identificar a las víctimas, sino también para comparar con eventuales vestigios que serán encontrados en los locales. Y a partir de ahí se monta la dinámica del crimen», explicó el presidente de la Asociación Nacional de Expertos Criminales Federales, Marcos Camargo, citado por O Globo. Detalló que, generalmente, «el examen se hace con un plazo de 30 jornadas, pero es posible que sea concluido en hasta 10 días».
El cotidiano refiere que los especialistas policiales todavía deben hacer el examen necroscópico en los restos para tratar de averiguar que causó la muerte, cuántos disparos se hicieron y si realmente fueron ultimados por arma de fuego.
La PF descartó informar en qué estado se encontraron los cuerpos, pero existe la sospecha de que fueron cortados y quemados antes de ser enterrados.
Voces desde todos los sectores de la sociedad brasileña y de organizaciones internacionales demandan descubrir el autor intelectual del crimen.
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