Empleados y empleadores se culpan mutuamente del fracaso de las pláticas celebradas en los últimos días, mientras el gobierno se niega a intervenir en la disputa.
La huelga que protagonizarían unos 40 mil trabajadores afiliados al Sindicato Ferroviario, Marítimo y del Transporte (RMT) en demanda de un aumento salarial y mejores condiciones laborales afectaría a 13 compañías de trenes nacionales y a Network Rail, la empresa a cargo de operar toda la infraestructura del sector.
Aunque el paro sería intermitente (21, 23 y 25 de junio) y los empleados del metro de Londres solo se unirían a la protesta el primero de los tres días, las afectaciones que provocaría la mayor huelga ferroviaria de las últimas tres décadas en el Reino Unido podrían durar toda la semana.
En declaraciones a la prensa, el secretario general del RMT, Mick Lynch, acusó al primer ministro Boris Johnson y al titular de Hacienda, Rishi Sunak, de impedir que se llegue a un acuerdo y advirtió que la crisis del costo de la vida podría llevar a otros sindicatos a declararse en paro durante el verano.
Según trascendió, la salud, la educación y los trabajadores de correo estarían entre los gremios que convocarían a sus afiliados a votar sobre una propuesta para ir a la huelga en demanda de que se equiparen los salarios a los niveles de la inflación.
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