Estimados de especialistas en esta ciudad, capital keniana, estiman en unos cuatro millones los tenedores de bitcoins y otras divisas, en su mayoría jóvenes y propietarios de pequeñas empresas de este país de África oriental, que ahora se las ven y se las desean para mantener su valor sobre los 20 mil dólares por unidad.
Los signos de tormenta comenzaron en noviembre pasado fecha desde la cual las criptomonedas perdieron más de la mitad de su valor de mercado sin que hayan perspectivas de recuperarlo, acorde con pronósticos tanto en Europa, como en África.
El Banco Central de Kenya recordó en un reciente comunicado que desde temprano en la calentura fiduciaria advirtió sobre la volatilidad de una divisa sin respaldo tangible era una inversión de alto riesgo.
Plataformas especializadas en el mercado de las criptomonedas como Chainalysis colocan a Kenya entre los países con mayor número de inversores que han echado su cuarto a espadas con esos valores virtuales que permiten las transacciones bilaterales sin necesidad de la participación una tercera persona o entidad reguladora.
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