La víspera, los rescatistas no reaccionaran a tiempo para asistir a la nadadora estadounidense Anita Álvarez, que fue rescatada por la rápida intervención de su entrenadora, la española Andrea Fuentes.
Después de hacer señales a los salvavidas sin que éstos reaccionaran, Fuentes se lanzó a la alberca para rescatar a su pupila.
Según los reglamentos, (los socorristas) solo pueden saltar a la piscina tras recibir una señal del cuerpo de árbitros, declaró este jueves el director del servicio de salud del Campeonato Mundial, Béla Merkely.
El facultativo explicó que la restricción intanta evitar interrupciones de los programas de las competiciones «en caso de un eventual malentendido». No obstante, Merkely admitió que los árbitros no reaccionaron enseguida y por eso los rescatistas no actuaron hasta que Fuentes se lanzó al agua sin esperar la señal de los jueces.
Como resultado, la FINA prometió investigar el caso para determinar cómo se podrían evitar los casos como el sucedido ahora.
El incidente se produjo cuando Álvarez se desmayó al término de su ejercicio en la final de solo libre de natación artística, y tras abandonar la piscina en camilla, se recuperó y se encuentra fuera de peligro.
Es posible que la nadadora de origen mexicano compita en la final de mañana con el equipo estadounidense, si se encuentra bien y los médicos le dan la autorización.
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