Al recibir la confianza de la mayoría parlamentaria en las consultas vinculantes convocadas por el presidente de la República, Michel Aoun, el político de 67 años subrayó que el país necesita de todos para salir de la crisis sin intereses ni egoísmos.
Desde el Palacio Presidencial de Baabda, Miqati convocó a la responsabilidad colectiva para impulsar con honradez, sinceridad e imparcialidad las reformas del plan de recuperación.
“Extiendo mi mano a todos sin excepción, con buena y sincera voluntad patriótica”, expresó tras su nominación al frente del gabinete.
Oriundo de la norteña ciudad de Trípolí, el empresario alertó sobre dejar a un lado las diferencias y no desperdiciar más tiempo en el ahogo de condiciones y exigencias.
Convocó a los bloques políticos e instituciones a colaborar con el Parlamento para aprobar los proyectos de reforma requeridos antes de completar las negociaciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Insistió que, sin un pacto con el FMI, las oportunidades de rescate no estarán disponibles, pues constituye el principal cruce que expresan todos los amigos de Líbano en la intención de ayudar a la recuperación de la nación.
Ayer, Miqati obtuvo el respaldo de 54 de los 128 parlamentarios para volver al cargo de primer ministro tras mandatos anteriores en 2005, 2009, 2011, 2014, 2018 y 2021, este último luego de 10 meses sin gobierno como consecuencia de la explosión en el Puerto de Beirut en agosto de 2020.
En la disputa por el puesto de jefe de gabinete, el alto funcionario superó a Nawaf Salam (25), Saad Hariri (uno) y Rawaa Al-Hallab (uno); en tanto, 46 diputados se abstuvieron de la nominación.
Miqati convocó a consultas no vinculantes el lunes y el martes entrante en la sede de la unicameral legislatura para designar a los miembros del gobierno y dar continuidad al proceso electoral iniciado el 15 de mayo pasado.
Líbano reconoce 18 confesiones de fe y el pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiita, y así sucesivamente con los otros cargos.
Inflación de 890 por ciento, salario mínimo mensual menor a 25 dólares estadounidenses y 2,2 millones de personas necesitadas de alimentos colocan en el presente en números rojos la crisis de Líbano, reflejó la semana pasada Naciones Unidas.
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