Al intercambiar con el jefe del gobierno interino, Najib Miqati, la autoridad presentó varias propuestas con el propósito de responder a las demandas de los obreros y concluir un paro de más de tres semanas.
El titular Bayram consideró las formulaciones compartidas con el reelecto primer ministro Miqati como un mensaje positivo a los trabajadores del sector público para cerrar la brecha entre el ciudadano, el empleado y la autoridad.
Durante la reunión en el Palacio de Gobierno, Miqati informó de la solicitud hecha al Ministerio de Finanzas para pagar los salarios y la ayuda social a más tardar el próximo lunes.
La huelga inició hace 15 días en reclamo al pago de las cuotas, mejoras en los salarios y el aseguramiento de combustibles para acudir al trabajo.
A inicios de semana, el órgano administrativo de la Asociación insistió en mantener la movilización para demandar la sostenibilidad del sector en medio de la actual crisis económica y financiera.
Mediante una declaración, los directivos lamentaron la posición de los funcionarios del Estado libanés de rechazo al paro en lugar de acudir a atender sus causas e intentar buscar una solución.
Las contradicciones entre empleados públicos y gobierno conllevaron a la paralización casi total de las labores en las instituciones estatales y la demora en la ejecución de cualquier trámite nacional.
Datos de informes de Naciones Unidas revelaron que el agravamiento de la crisis provocó el desempleo en un tercio de la fuerza laboral de Líbano, con una tasa de desocupados que aumentó del 11,4 en 2018-2019 al 29,6 por ciento en este año.
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