A tal conclusión llegó el portal lula.com.br al citar datos de una reciente encuesta del Instituto Datafolha realizada en la última semana, con dos mil 556 entrevistas en todo el país.
Para un 26 por ciento de los interrogados, la comida disponible en los últimos meses era inferior a lo suficiente, mientras que para el 62 era bastante y solo un 12 la calificó de más que solvente.
Según el sitio, en medio de la escalada de los precios de combustibles y alimentos, falta de empleo e inflación anual superior a dos dígitos, los brasileños tienen cada vez más dificultades para vivir con dignidad, por falta de dinero. Peor que eso: «el pueblo brasileño está pasando hambre», remarca la página.
Alega que la inflación sobre el valor de los alimentos es el principal factor de la falta de condiciones para comprar suficiente comida.
En junio, el índice que mide la inflación (IPCA-15) aumentó 0,69 por ciento (0,25 sobre alimentos y bebidas). En 12 meses, el acumulado pasa de dos dígitos: 13,84 por ciento.
Por su parte, entre mayo de 2021 y el de este año, la inflación de la canasta básica fue del 27 por ciento, según un estudio de la Pontifica Universidad Católica del sureño estado de Paraná.
La sensación de inseguridad alimentaria afecta sobre todo a las familias más pobres y en el Norte y Nordeste, el porcentaje supera a las demás regiones, con un 30 y 32 por ciento, respectivamente.
En el Centro-Oeste y Sur del país la proporción se iguala en un 24 por ciento, mientras que en el Sudeste resulta de un 22.
Para el portal oficial del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el problema se agrava aún más cuando se consideran los altos índices de desempleo y el retorno de la ocupación con funciones más precarias y de baja remuneración.
La II Encuesta Nacional sobre Inseguridad Alimentaria en el Contexto de la Pandemia de Covid-19 en Brasil, publicada este mes, muestra que solo cuatro de cada 10 familias brasileñas tienen pleno acceso a la alimentación.
Tal investigación mostró que el gigante suramericano retrocedió 30 años atrás y volvió al Mapa del Hambre, con un contingente de más de 33 millones de personas sin alimentos básicos, lo que corresponde al 15 por ciento de una población estimada en poco más de 213 millones de habitantes.
mem/ocs