Murillo calificó el suceso como un desastre humanitario y señaló que su gobierno está pendiente del hecho a través del embajador de Nicaragua en México, Juan Carlos Gutiérrez.
La vicemandataria llamó a enfrentar esta realidad con solidaridad y cariño para las familias centroamericanas y mexicanas en general, que sufren el dolor y la ausencia de sus seres queridos.
“Y luego también pedirle a Dios que podamos todos juntos trabajar para fortalecer las rutas, los caminos que nos hagan avanzar contra la pobreza para evitar estas tragedias que nos enlutan a todos”, subrayó la autoridad gubernamental.
De igual modo, Murillo expresó el compromiso de trabajar como Mesoamérica y Centroamérica para vencer paso a paso la pobreza, la miseria y generar las condiciones necesarias para el trabajo, la dignidad humana, la paz y la justicia social en toda la región.
El lunes, según fuentes periodísticas al menos 67 migrantes centroamericanos fueron descubiertos dentro de un vehículo cerrado a altas temperaturas en una zona en las afueras de San Antonio, Texas, a unos 250 kilómetros al norte de la frontera entre Estados Unidos y México.
Autoridades mexicanas informan que hay al menos 51 fallecidos por asfixia al quedar encerrados sin ventilación y de ellos, 39 eran mujeres.
De los viajeros fallecidos 27 eran mexicanos, 14 hondureños, siete guatemaltecos y dos salvadoreños, y hay un cuerpo por ser identificado, puntualizaron.
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