Según el diario Global Times, las investigaciones se desarrollan entre 300 individuos mayores de 18 años de edad que recibieron antes dos o tres dosis de otro inyectable contra la enfermedad y no se contagiaron con el virus.
La empresa busca así determinar la efectividad y seguridad de su medicamento y los ensayos arrancaron a casi dos meses después que los reguladores chinos le dieron luz verde, junto a otro producto de Sinopharm también obtenido para los contagios con la Ómicron.
Esa vacuna es de tipo inactivada y, según la compañía, durante las investigaciones preclínicas y las pruebas en animales produjo altos niveles de anticuerpos neutralizadores contra la peligrosa variante y otras variantes del coronavirus.
Si los reguladores chinos avalan los resultados de los ensayos clínicos, entonces se aplicaría como tercera o cuarta dosis de refuerzo.
Sinovac es la creadora de una de las vacunas usadas en China y varios países del mundo contra la Covid-19.
Los ensayos clínicos de su nuevo fármaco se producen en medio constantes rebrotes de la patología con la Ómicron que desde marzo pasado tienen al gigante asiático en contingencia y obligó a imponer el confinamiento en varias regiones, incluido Shanghái, el corazón económico del país.
Actualmente, el gigante asiático experimenta otra oleada en provincias como Anhui y en Macao, que conllevaron a aplicar pruebas masivas PCR y restricciones a la movilidad de la población.
China acumula al menos 21 mil 658 muertos y cuatro millones 459 mil 242 casos en su parte continental, Hong Kong, Macao y Taiwán desde el surgimiento de la patología y del coronavirus que la provoca en diciembre de 2019.
Aparte, tiene a mil 774 asintomáticos bajo observación médica.
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