La fronteriza ciudad rusa fue fotografiada el 30 de junio con el satélite GeoEye1 de Maxar, mientras otros ingenios de Estados Unidos, WorldView-2 y WorldView-3, captaron imágenes de la región de Bélgorod los días 27, 22 y 20 de junio, informó la víspera la agencia Sputnik.
«En caso de que se encuentren pruebas, Rusia tiene el total derecho de estudiar la posibilidad de imponer sanciones a esta compañía», manifestó Dzhabárov a la prensa local.
El Ministerio de Defensa ruso informó que en la madrugada del 3 de julio las tropas ucranianas atacaron Bélgorod con tres misiles Tochka-U, dotados de ojivas de racimo.
Las fuerzas de defensa aérea rusas los destruyeron en el aire, pero los restos de uno de ellos cayeron sobre un edificio residencial.
Según el gobernador de la región homónima, Viacheslav Gladkov, cuatro personas murieron y otras cuatro, entre ellas un niño, resultaron heridas, mientras 21 bloques de apartamentos y 40 casas se afectaron.
Anteriormente, Sputnik reveló que los satélites comerciales estadounidenses también retrataron la Isla de las Serpientes, ubicada en el mar Negro, días antes del intento de Ucrania de tomar la zona mediante desembarcos armados.
Además, el WorldView-1 fotografió la refinería de Novoshájtinsk, en la provincia rusa de Rostov del Don, tres jornadas antes de sufrir un ataque.
Los satélites también captaron imágenes de la zona del mar Negro donde se encuentran las plataformas de perforación de Chornomorneftegaz una semana antes de que las fuerzas ucranianas agredieran las instalaciones.
A finales de junio, el director general de la compañía espacial rusa Roscosmos, Dmitri Rogozin, declaró que los operadores privados de satélites occidentales, incluido Maxar, junto con los estatales, transmitían datos a Ucrania.
Según Rogozin, estas empresas generan datos específicos para la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que luego transmiten a los militares de Kiev.
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