“El número de personas afectadas sigue siendo inaceptablemente alto para una enfermedad que ya no debería existir”, afirmó Marcos Espinal, subdirector interino de la entidad.
El funcionario convocó a redoblar los esfuerzos como sociedad para cortar las cadenas de transmisión y que la infección deje de propagarse en las poblaciones vulnerables, entre ellas embarazadas y recién nacidos.
Existe tratamiento y su costo resulta accesible, destacó Espinal en relación con este padecimiento milenario, prevenible y curable que afecta a miles de personas cada año.
Datos de la OPS dan cuenta que 4,6 millones de habitantes del continente americano tienen sífilis y en 2020 las naciones informaron 29 mil 147 casos de sífilis congénita, mientras las cifras preliminares reportadas para 2021 indican más de 30 mil con la infección trasmitida de la madre al niño.
La sífilis, cuyo contagio se produce a través del sexo, puede causar afectaciones neurológicas, cardiovasculares y dermatológicas en los adultos.
Igualmente, las madres la pueden transferir al niño durante el embarazado, lo cual conlleva al aborto espontáneo, muerte fetal o poco después del nacimiento, prematuridad así como discapacidades graves en los recién nacidos.
En 2016 los Estados se comprometieron en la Asamblea Internacional de la Salud a reducir los nuevos casos de sífilis al 90 por ciento entre 2018 y 2030, y la congénita a menos de 50 por cada 100 mil niños nacidos vivos.
Actualmente, según las estadísticas públicas, la incidencia de la variante congénita en la región es de 200 por 100 mil, muy superior a la meta requerida para lograr su eliminación.
La OPS instó a poner en marcha estrategias de sensibilización y educación para la población y los trabajadores de la salud, y combatir el estigma o la discriminación que sufren las poblaciones más desproporcionadamente afectadas.
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