«Esos planes están condenados al fracaso. Hallaremos las alternativas, las formas seguras de obtener ingresos», manifestó el viceministro de Asuntos Exteriores este jueves en una comparecencia ante la prensa.
Riabkov recordó que Washington y los países de su órbita en medio de su guerra económica contra Moscú, buscan ahora poner topes al costo de los hidrocarburos proveniente de la nación euroasiática.
Asimismo, argumentó que el mundo multipolar «es ya una realidad y hoy por hoy no todo depende de un grupo de Estados que se creen los dueños del mundo».
El diplomático tachó la novedosa acción de Occidente como un nuevo elemento de la guerra psicológica, con la cual intentan aislar a Moscú del mapa geopolítico global.
«Es un nuevo elemento de la guerra psicológica, un nuevo elemento de la guerra híbrida en la mente enferma de los que desataron la guerra para destruir a Rusia. Pero esos planes no se harán realidad», señaló el viceministro.
Riabkov advirtió que Washington y los países de su zona de influencia convierten las tentativas de controlar los mercados en la piedra angular de su política.
Las autoridades rusas consignaron que las sanciones estadounidenses y europeas supusieron un duro golpe para la economía global, más allá de las afectaciones que pueden causar a Moscú.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, numerosos países en su mayoría de Occidente activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales con la intención de infligirle a la economía de la nación euroasiática el mayor daño posible, y así presionar a Moscú para detener las hostilidades.
Según la base de datos Castellum.AI, Rusia es ahora el país más castigado por las medidas económicas, por delante de Irán, Siria, República Popular Democrática de Corea y Venezuela. Desde mediados de febrero pasado se activaron más de ocho mil 400 nuevas sanciones restrictivas en su contra, en adición a las dos mil 695 que ya estaban en vigor.
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