La adopción de la Agenda 2030 por las Naciones Unidas en 2015 trajo la esperanza de ver un planeta diferente, con mayores oportunidades para los pueblos del Sur, pero a solo ocho años de la fecha fijada, el tiempo apremia y la voluntad política urge.
Según la Unesco, el cuarto objetivo, el de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, está en peligro, y apenas uno de cada seis países logrará materializarlo, a menos que se adopten medidas adicionales en esa dirección.
La organización de la ONU especializada en temas de educación, ciencia y cultura advirtió en un informe divulgado ayer que 84 millones de niños y jóvenes llegarán al final de la década sin estar escolarizados.
El documento también refleja un estimado de 300 millones de menores de edad y adolescentes que seguirán en 2030 sin tener las competencias básicas en aritmética y alfabetización que necesitan para tener éxito en la vida.
En regiones como África Subsahariana el escenario es particularmente complejo, y se prevé que de continuar la situación actual, solo cuatro de cada 10 seres humanos terminarán el nivel secundario.
Consciente del largo camino por delante, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, convocó para el 19 de septiembre una cumbre sobre la Transformación de la Educación, en el contexto del segmento de alto nivel de la Asamblea General del ente multilateral.
Los obstáculos son muchos, y a la mente vienen las diversas crisis que afectan los progresos en la enseñanza, desde la pandemia de la Covid-19 y los conflictos hasta el cambio climático y las desigualdades.
A finales de junio, la Unesco acogió en esta capital una pre-cumbre dirigida a sentar las bases para el foro de septiembre, reunión en la que la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, lanzó un llamado a la movilización ante 150 ministros y viceministros del sector.
De acuerdo con la subdirectora general de la Unesco para la Educación, Stefania Giannini, si bien la mayoría de los gobiernos estableció puntos de referencia para avanzar hacia el cumplimiento del cuarto objetivo de la Agenda 2030, deben potenciarse los esfuerzos, a partir de la prioridad de la financiación y la superación de las lagunas existentes en los datos.
“Es la única manera de responder a las necesidades identificadas y crear un impacto verdaderamente transformador”, señaló a propósito del informe.
En diálogo con Prensa Latina durante la precumbre, la viceministra primera de Educación de Cuba, Cira Piñeiro, subrayó la importancia de la voluntad política para encarar los retos.
Nuestro mensaje es de compromiso, esa ha sido la visión y la prioridad de nuestro país desde el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, con la creación de un sistema educativo gratuito e inclusivo, la semilla de sus éxitos actuales en el sector, expuso.
Piñeiro destacó que la isla prácticamente ya cumplió las metas reflejadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pese al impacto de más de seis décadas del bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense.
Por su parte, el viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo de Venezuela, Wuikelman Ángel Paredes, consideró que para lograr una educación inclusiva, equitativa y de calidad debe cambiarse el asimétrico orden mundial imperante.
Para transformar la educación, hay que transformar el mundo y sus asimetrías entre pobres y ricos y entre países en desarrollo y desarrollados, y para ello tenemos que empoderar al pueblo, manifestó.
En ese sentido, insistió en que el éxito pasa por encumbrar la educación como un derecho humano fundamental y no un privilegio para unos pocos.
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