De 2017 a 2020 fueron destruidos como promedio 30 kilómetros cuadrados de tierra natural, boscosa y agrícola por ese flagelo, destacó el documento, que aborda las consecuencias negativas de la urbanización galopante debido al crecimiento de la población.
También advirtió sobre el aumento de los incendios forestales en frecuencia, intensidad y tamaño y apuntó que dos tercios del país está expuesto a la contaminación lumínica hasta el punto de dañar los ecosistemas y la biodiversidad.
El informe fue elaborado por HaMaarag (La Red, en hebreo), el programa nacional de evaluación del estado de la naturaleza, en el cual colaboran diversas instituciones como el Museo de Tel Aviv, el Ministerio de Protección Ambiental y la Autoridad de Parques y Naturaleza.
La urbanización progresiva llevó a una fragmentación cada vez mayor del espacio natural, lo que dificulta el desplazamiento de los animales salvajes, apuntó.
El informe atribuyó el aumento de los incendios al incremento poblacional y al cambio climático.
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