Ante los elevados índices de positividad en todo el territorio, el ministro de Salud Francisco Coma anunció el pasado jueves la vuelta al uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos y cerrados, luego de su flexibilización meses atrás.
En conferencia de prensa, Coma detalló que la medida se establece independientemente del color de cada municipio en el semáforo vigente y responde a la necesidad de contener la actual quinta ola de la enfermedad, la cual transcurre con cifras por encima de los cinco mil positivos diarios.
La actualización hoy del tablero a cargo del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (Mpas) fijó 66 municipios en alerta roja (alerta máxima), 224 en naranja (alta) y 50 en amarillo (media), una disminución considerable en comparación con 14 días atrás, cuando eran 177.
El Mspas reportó el miércoles último cinco mil 133 infectados, un día después fueron cinco mil 786 y la víspera, seis mil 41, una tendencia al alza que inició a finales de junio, cuando en solo tres días se traspasó por primera vez la barrera casi ya olvidada de los cinco mil casos.
Según los datos aportados por las autoridades sanitarias, del 15 de junio al 5 de julio se practicaron 197 mil 318 tamizajes, de ellos, un 26,6 por ciento resultaron positivos.
También desde entonces, se observan largas filas de guatemaltecos en los laboratorios móviles y fijos para realizarse los test y descartar o no la enfermedad, una gestión que puede durar de dos a tres horas.
Estudios sitúan para la tercera semana de julio la curva más alta de contagios, de ahí los constantes llamados a la población a mantener el distanciamiento físico y lavarse constantemente las manos, así como a acudir a los más de mil centros de inmunización en todo el país que hoy lucen vacíos.
En ese sentido, el Mspas recordó que el 84 por ciento de los pacientes hospitalizados no contaban con esquema de vacunación, lo cual los llevó a cuadros graves de la enfermedad o a la muerte en muchos casos.
El martes último, el presidente Alejandro Giammattei reiteró la necesidad de que los guatemaltecos acudan a los más de mil centros de inmunización a nivel nacional para evitar la propagación de la enfermedad y cuadros graves de la misma.
«Tenemos vacunas y vacunadores, lo que no hay es la voluntad de las personas para colocarse el esquema completo», insistió.
Desde el inicio de la pandemia, el 13 de marzo de 2020, Guatemala acumula 939 mil 300 contagios y 18 mil 678 fallecidos, una de las estadísticas más alta de Centroamérica.
oda/mmc