Los militares indios emprendieron varias medidas para mejorar sus conocimientos de mandarín en aras de capacitar a los comandantes subalternos y superiores para relacionarse con el personal militar chino cuando la situación lo requiera, señaló la agencia de noticias Press Trust of India.
Ahora se realizan varios cursos de mandarín en las escuelas de idiomas de los comandos del Norte, del Este y del Centro del Ejército, acotó la fuente.
También los uniformados utilizan soluciones basadas en la inteligencia artificial para la traducción de diversas escrituras o literatura del idioma mandarín.
«Con la mejora de los conocimientos de esa lengua, el personal del Ejército indio estará mejor capacitado para transmitir sus puntos de vista de manera mucho más convincente», dijo una de las fuentes.
Según las informaciones recibidas, las fuerzas armadas indias cuentan con una importante reserva de personal calificado en mandarín, procedente de todos los rangos, incluidos oficiales y suboficiales.
Los expertos en lengua china son un requisito funcional a nivel táctico y se requieren para proporcionar análisis a nivel operativo y estratégico. Asimismo, se requieren cada vez más especialistas en lengua mandarín para un mejor intercambio y la comprensión de la versión del Ejército Popular de China de sus actividades durante diversas interacciones, como conversaciones de comandante de cuerpo, ejercicios conjuntos, reuniones de banderas y de personal de fronteras.
El Ejército indio firmó un memorando de entendimiento con tres universidades del país para impartir conocimientos de mandarín a su personal y el esfuerzo incluye el aumento de las vacantes en la Escuela de Formación del Ejército y la Escuela de Lenguas Extranjeras de Delhi.
Las pruebas de nivel de competencia de los soldados entrenados se llevan a cabo a través de institutos civiles que ponen a prueba esos conocimientos según las normas internacionales.
Las fuerzas armadas indias tomaron varias medidas en los dos últimos años para reforzar la vigilancia a lo largo de la denominada línea de control real, que separa provisionalmente al país del territorio de China, tras el enfrentamiento militar que estalló en mayo de 2020.
Ambas partes reforzaron su despliegue con decenas de miles de soldados y armamento pesado, pero gracias a conversaciones militares y diplomáticas, los dos bandos completaron en 2021 una retirada militar parcial de las zonas del conflicto, aunque todavía cada país mantiene entre 50 mil y 60 mil efectivos a lo largo de la frontera.
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