La investigación, emprendida por un equipo de expertos de la Universidad de Waterloo, en Ontario, demostró cómo la pérdida de la capa protectora de la estratosfera se halla en esa zona desde la década del 80 del pasado siglo.
Según el hallazgo, divulgado en la revista AIP Advances, en el centro del agujero de ozono tropical se encuentra agotado aproximadamente el 80 por ciento del valor normal de esa sustancia, de manera idéntica a la situación descrita en relación al casquete polar antártico.
No obstante, a diferencia de este último, que suele ser visto de manera estacional, el agujero tropical se mantiene de forma permanente.
Acorde con las definiciones científicas, los agujeros son un área de pérdida de ozono superior al 25 por ciento en comparación con la atmósfera inalterada, y su causa se atribuye fundamentalmente al uso de productos químicos industriales como los clorofluorocarbonos.
Resultados preliminares del estudio alertan que los niveles de desaparición del ozono sobre las regiones ecuatoriales ponen en riesgo la vida de grandes poblaciones pues las cantidades de radiación ultravioleta asociadas podrían ser superiores a lo pensado hasta este momento en esa región.
El escenario descubierto en la franja tropical, que constituye la mitad de la superficie del planeta y donde vive cerca de la población de todo el orbe, influiría de manera nociva sobre la salud.
De acuerdo con el científico Qing-Bin Lu, autor del estudio, esto provocaría un aumento en el riesgo de cáncer de piel y de cataratas en los seres humanos, debilitaría el sistema inmunitario humano, y acarrearía perjuicios sobre la productividad agrícola.
Pese a no ser revelado por los patrones fotoquímicos convencionales, los datos coincidieron con el modelo de reacción de electrones impulsada por rayos cósmicos.
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