De acuerdo con su representante, Gabriela Irsten, muchos de sus conciudadanos están frustradas y sienten que las decisiones se tomaron sin su participación.
Incluso las personas que apoyan a la OTAN ven que este proceso no tiene raíces democráticas, pues el pueblo se vio privado de un referendo, aseveró.
Según Irsten, muchos miembros activos del gobernante Partido Socialdemócrata están molestos y algunos de ellos intentaron organizar un congreso adicional, pues consideraron que el proceso fue demasiado rápido.
Considero esto tiene que ver con las elecciones parlamentarias próximas del 11 de septiembre, pues el 8 de marzo, la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, puso en duda la adhesión a la alianza, pero dos meses después ya se envió la solicitud.
En el contexto de los acontecimientos recientes, cuando Suecia abandonó tradicional postura de neutralidad de más de 200 años, numerosas organizaciones del país critican la prisa con la que se tomó la decisión de unirse al bloque militar y las concesiones hechas a Turquía para superar sus objeciones a la adhesión del Reino a la alianza noratlántica.
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