Por medio de un comunicado, el titular manifestó que sigue de cerca los acontecimientos en ese país y condenó todos los actos de violencia ocurridos recientemente.
Ante ese panorama, recordó que los responsables deben rendir cuenta a la justicia y destacó la importancia primordial de mantener la paz.
El sistema de Naciones Unidas está listo para apoyar a Sri Lanka y su pueblo, indicó Guterres.
Por su parte, el equipo de la ONU en Sri Lanka, bajo el liderazgo de la coordinadora residente Hanaa Singer, afirmó que es esencial que todos los incidentes de violencia contra periodistas, manifestantes pacíficos y daños a la propiedad sean investigados y los responsables rindan cuentas.
La seguridad alimentaria, la agricultura, los medios de subsistencia y el acceso a la salud de los más vulnerables deben priorizarse con acciones inmediatas con el fin evitar más sufrimiento, recalcó el texto.
El Parlamento de Sri Lanka elegirá al nuevo presidente del país el venidero 20 de julio, según anunció este lunes el titular del Legislativo Mahinda Yapa Abeywardena, tras una reunión crucial de los líderes de todos los partidos.
Aunque el presidente de ese país, Gotabaya Rajapaksa, aún no presentó su dimisión formal, indicó que lo haría en los próximos días, de acuerdo con medios locales de prensa.
Rajapaksa aceptó plegarse a la petición de los líderes de los partidos políticos de dimitir tras el levantamiento popular ocurrido el pasado sábado.
También, el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, dijo que daría un paso al costado cuando se forme un nuevo gobierno.
Según la Constitución de ese territorio, si tanto el presidente como el primer ministro dimiten, entonces el titular de la Cámara de Representantes actuaría como mandatario en funciones durante un máximo de 30 días.
El Parlamento elegirá un nuevo gobernante en un plazo de 30 días entre uno de sus miembros, que ocupará el cargo durante los dos años restantes del actual mandato presidencial.
Unas 100 mil personas se concentraron el pasado sábado ante la residencia oficial del presidente de Sri Lanka exigiendo su renuncia al cargo y manifestando descontento por la falta de liquidez, alimentos, medicinas y combustible.
Varios grupos de manifestantes irrumpieron finalmente en la residencia oficial de Rajapaksa, en Colombo, luego de romper los cordones de seguridad de la policía.
Incluso, fue incendiada la residencia del primer ministro Ranil Wickremesinghe, localizada en un barrio acomodado de la capital.
Sri Lanka, un país de 22 millones de habitantes, se encuentra bajo la peor crisis económica en siete décadas, con millones de personas en apuros para comprar alimentos, medicinas, combustible y otros artículos de primera necesidad.
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