La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, la máxima autoridad planificadora, señaló que la medida se implementará con rigor, forma parte del plan quinquenal concebido hasta 2025 y busca optimizar los entornos en las ciudades.
Según amplió, también tiene como objetivo rectificar las “escalas arquitectónicas excesivas, las copias directas de los diseños extranjeros y los edificios de bajo estándar”.
Meses atrás, la Comisión reveló que, en caso de aprobar la construcción de los inmuebles mayores de 250 metros de altitud, los planes debían contener provisiones precisas para actuar en caso de incendios u otros accidentes.
En aquellos con más de 100 metros de elevación se haría énfasis en el aspecto antisísmico.
China tiene la mayor cantidad de rascacielos en el mundo, seis de ellos superan los 500 metros de altura, 102 sobrepasan los 300 metros y dos mil 928 inmuebles miden más de 150.
En mayo de 2021 el SEG Plaza, de 356 metros de altura, se tambaleó debido a los fuertes vientos, las vibraciones del metro cercano y las altas temperaturas, lo cual generó muchas preocupaciones sobre su seguridad.
Desde principios del año pasado, el Gobierno de China está en guerra contra los rascacielos demasiado elevados y la proliferación en el país de réplicas de lugares emblemáticos de la cultura nacional y extranjera.
Según la prensa local, en años recientes muchas ciudades buscaron atraer al turismo con la construcción de copias de la Gran Muralla, la plaza de Tiananmen, los Guerreros de Terracota y hasta la Torre de Eiffel.
La ofensiva tiene amplia aceptación entre expertos en el tema y el público, que incluso inundó las redes sociales con imágenes de los llamados “edificios feos” como la atracción turística El beso volador en la municipalidad de Chongqing y un sitio en la provincia de Hebei que es la mitad la Casa Blanca y mitad el Templo de Cielo.
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