En un comunicado, el ministro checo de Finanzas, Zbynek Stanjura, -cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de la UE- consideró que el crédito dará a Ucrania los fondos necesarios para cubrir las necesidades urgentes y asegurar el funcionamiento de infraestructuras críticas.
A mediados de mayo pasado, la Comisión Europea propuso un aporte adicional a esa nación por valor de unos nueve mil millones de euros, y el desembolso de esos mil millones formaría parte del primer tramo de este paquete, una vez aprobado por los Veintisiete.
El préstamo se suma a los mil 200 millones de euros de “ayuda macrofinanciera europea” a Ucrania en 2022, que fuera aprobado días antes del inicio de la operación militar especial rusa en ese país.
Los fondos en carácter de préstamo a largo plazo, los adqurirá la UE en los mercados internacionales de capital y luego transferirá los ingresos en las mismas condiciones de pago a Ucrania.
Pero la adquisición de esos dineros por Kiev incrementará su deuda a largo plazo, en un entorno económico complicado, pues recientemente el Fondo Monetario Inaternacional ubicó en 14 mil 300 millones de euros el déficit de la balanza de pagos de Ucrania.
De acuerdo con el ministro ucraniano de Finanzas, Serguei Marchenko, la nación precisa de unos cinco mil millones de dólares al mes para mantener su economía funcionando.
Mientras el bloque comunitario que dice ayudar a Ucrania se encuentra en medio de una difícil situación, hasta el momento rebajó dos veces las previsiones de crecimiento económico y se espera que esta semana realice una nueva revisión a la baja.
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