Diez días después de iniciado el conflicto en Ciré Soleil, el barrio pobre más grande del país, el Ministerio de Comunicación informó que exploran todas las vías que permitan volver a la calma en la comuna.
Las autoridades permanecían en silencio desde el 8 de julio cuando las bandas del G-9 y sus rivales del G-Pep se enfrentaban por el control territorial, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares.
Un informe de la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos aseguró que como consecuencia de la guerra murieron 300 personas y otras 160 resultaron heridas, la mayoría de ellas civiles.
El coordinador general de la organización, Pierre Espérance, culpó al Gobierno actual de presuntamente proporcionar armas a la federación G-9 para garantizar el control del área con vistas a unas posibles elecciones.
Tal estrategia comenzó bajo la administración del asesinado presidente Jovenel Moïse y continúa con el primer ministro Ariel Henry, aseguró. Por su parte, un reporte de Naciones Unidas divulgado el sábado, deploró que entre el 8 y 12 de julio, 234 personas murieron o fueron lesionadas por el conflicto de las bandas y recibieron numerosas denuncias de violencia sexual.
El documento del Alto Comisionado para los Derechos Humanos lamentó que la mayoría de las víctimas no están directamente relacionadas con los grupos armados, sino que fueron blanco de pandilleros.
Estos son los segundos enfrentamientos mortales desde finales de abril cuando la disputa entre los grupos armados 400 Mawozo y Chen Mechan dejaron 200 fallecidos y cientos de heridos en Croix des Bouquets, Tabarre y Cité Soleil.
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