De acuerdo con el comunicado, el organismo es consciente del interés actual en desarrollar sistemas de clasificación y denominación para dichos eventos.
Actualmente, apuntó, no existe un sistema internacional acordado para nombrar o coordinar el nombramiento para las olas de calor, y añadió que estas directrices internacionales y regionales de nomenclatura se utilizan para respaldar la gestión de riesgos de diferentes tipos de tormentas, incluidos los ciclones tropicales.
“Se requieren protocolos de denominación de tormentas y mecanismos de coordinación intergubernamental acordados para evitar nombres erróneos y llegar a acuerdos sobre el nombramiento de eventos transfronterizos o de escala regional”, enfatizó.
No obstante, añadió el reporte, lo establecido para los ciclones tropicales no se traduce fácilmente para las olas de calor.
Se debe tener precaución al comparar o aplicar lecciones o protocolos de un tipo de peligro a otro, debido a las importantes diferencias en la naturaleza física y los impactos de los fenómenos, remarcó.
Alertó asimismo que las prácticas independientes para clasificar y denominar las olas de calor carentes de coordinación con los sistemas oficiales de alerta pueden generar el riesgo de interrumpir los protocolos de protección civil y traer consecuencias negativas no deseadas.
“La asignación de nombres basada en pronósticos crea desafíos adicionales en el sentido de que es posible que los eventos en realidad no se lleven a cabo, que sean menos graves o que ocurran en diferentes localidades”, enfatizó también el organismo.
Acorde con la comunicación, la OMM, en colaboración con los socios pertinentes, seguirá apoyando el desarrollo de sistemas de alerta temprana ante la probabilidad de altas temperaturas, incluida la actualización de las orientaciones relacionadas con el calor extremo y las estrategias de comunicación de riesgos de calor extremo asociadas.
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