A través de un informe, la entidad especializada del organismo multilateral reveló que las perspectivas de una solución seguirán sombrías mientras continúe la crisis de energía, pues la escasez de electricidad hace imposible bombear suficiente agua.
Según el representante de Unicef en Beirut, Edouard Beigbeder, millones de libaneses sufren la poca disponibilidad de agua limpia y segura, agravada en el presente por la crisis económica y financiera.
Beigbeder insistió en la necesidad de abordar el problema para la salud de los niños y las familias, al señalar entre las principales afectaciones de los proveedores del sector público los pagos de repuestos, reparaciones y diésel, en medio de una inflación en espiral.
Desde el comienzo de la crisis, los cuatro Establecimientos de Agua en el país disminuyeron el suministro, a menudo por debajo de los 35 litros per cápita por día considerados la cantidad mínima aceptable, reflejó el documento.
Según Unicef, muchos hogares dependen en el presente de camiones cinternas y proveedores privados sin garantías sobre la calidad del agua, además el costo promedio de mil litros de agua transportada aumentó en abril último casi el 50 por ciento en comparación con el mismo mes de 2021.
El Fondo detalló que la mayoría de los libaneses requieren del agua embotellada para beber, en parte debido a la preocupación por la calidad del grifo y en abril de este año el valor monetario ascendió de tres a cinco veces mayor que en 2021.
Al evaluar las complejidades hídricas, Unicef ejemplificó que una familia de cinco integrantes, que beba un total de 10 litros al día, necesitaría gastar alrededor de 6,5 millones de libras libanesas (261 dólares) al año, además del costo del agua que utilizan para satisfacer sus necesidades de cocina e higiene.
La institución expresó que la crisis del agua afecta a los hospitales y otros centros de salud, así como a las escuelas.
Unicef destacó que el suministro de agua a través de operadores públicos representa la mejor solución y la más asequible y abogó por inversiones significativas para que las redes puedan volver a operar de manera viable.
El acceso al agua no es solo una necesidad básica, es un derecho fundamental. Tener agua suficiente, asequible y segura salva vidas y mantiene a los niños saludables, puntualizó Beigbeder.
Unicef necesita 75 millones de dólares al año para mantener operativos los sistemas críticos y el suministro de agua a más de cuatro millones de personas en todo Líbanos y salvaguardar el acceso y el funcionamiento de los sistemas públicos, concluyó el informe.
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