El organismo expresó en un comunicado su preocupación por el aumento del número de casos, en especial aquellos que padecen cáncer y tumores en diversos grados.
Afirmó que los miembros del servicio penitenciario israelí ejecutan sistemáticamente actos de violencia física y psicológica contra los reclusos palestinos.
Como ejemplo citó el caso de Shadi Gwadra, de 34 años, a quien se le detectaron tres tumores en los pulmones.
Sin embargo, alertó los funcionarios se niegan a ampliar el alcance de las pruebas para determinar qué tipo de tumores y también a trasladarlo a una instalación médica.
La pasada semana la comisión denunció el trato inhumano que reciben los palestinos enfermos en esas instalaciones y advirtió que tal política es una amenaza real para sus vidas.
Las autoridades penitenciarias de ese país ignoran las dolencias de nuestros compatriotas y no le proporcionan tratamientos, subrayó.
Según el Centro Palestino de Estudios sobre Prisioneros, de los 700 detenidos con problemas de salud en las cárceles israelíes unos 160 padecen enfermedades crónicas como cáncer, insuficiencia renal y cardíaca, atrofia muscular y obstrucción de las arterias y diabetes.
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