El estudio, que examinó ocho muestras de carne de vaca e igual número para el caso de los cochinos, develó que existía presencia en siete de los rumiantes estudiados, mientras que en cinco de los cerdos hubo al menos un tipo de plástico.
Asimismo, partículas del material fueron encontradas en 18 de las 25 leches analizadas, al tiempo que la sangre de los propios animales contenía pequeñas cantidades de tres tipos de polímeros en todos los casos.
La oficina de prensa de la institución difundió que la explicación se hallaría en el alimento empleado, pues la docena de muestras de la comida examinada contenía plástico.
Según el primer autor de la investigación Ike van der Veen, se precisa de un mayor número de indagaciones para determinar la relación entre la carne y la presencia del material en los cuerpos de estos animales criados para consumo humano.
Si bien los científicos aun no determinan cuán nocivo puede resultar el consumo de los plásticos para la salud, la fabricación de estos a partir de una compleja combinación de sustancias químicas y con aditivos que les dan fuerza y flexibilidad, alertan sobre su naturaleza tóxica, acorde con la opinión de algunos entendidos.
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