A través de una declaración, el grupo parlamentario hizo hincapié en reducir el nivel de tensión y el discurso político improvisado, así como retomar la adopción de principios y el uso de un lenguaje conciliador a favor de los intereses nacionales.
Los legisladores convocaron al gabinete en funciones y a los actores del sector público a hacer todo lo posible para llegar a un arreglo de las asignaciones y beneficios necesarios en medio de la compleja realidad.
En el texto, los diputados subrayaron la importancia de que los empleados estatales reciban sus derechos y demandas para retornar a la estabilidad de las instituciones libanesas, luego de más de un mes de huelga abierta.
Ante este panorama, los representantes enfatizaron la capacidad y disposición de la resistencia para fortalecer la posición de Líbano en el contexto de la crisis económica, financiera y política.
El bloque Lealtad a la Resistencia solicitó dar un cuidado estricto al tema de la harina de trigo y el pan, evitar el contrabando y tomar medidas efectivas para asegurar una distribución justa y generalizada sin agravar más la situación de vida de los libaneses.
Desde el pasado 29 de junio, los libaneses esperan por la formación del gobierno que tendrá una etapa corta de mandato, pues la nación elegirá al presidente de la República entre el 1 de septiembre y el 31 de octubre, y este tendrá la responsabilidad de conformar un nuevo gabinete ministerial.
Salario mínimo mensual menor a 25 dólares, devaluación de la moneda, altos precios en los artículos básicos y 2,2 millones de personas necesitadas de alimentos ejemplifican las condiciones de vida en Líbano, según informes de entidades especializadas de Naciones Unidas.
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