El proceso comenzó ayer en Ciudad de México y varios estados cercanos, y concluye hoy en las 12 entidades federales restantes, en todas una asistencia sin precedentes en los centros de votación.
Los afiliados elegirán a sus tres mil delegados entre los 43 mil consejeros que se apuntaron como candidatos después de una depuración de aquellos que no llenaron los requisitos exigidos para representar las diferentes regiones del país en la más importante reunión del partido.
Medios de prensa y observadores coincidieron en calificar de extraordinaria la masiva participación en las entidades, en particular en Ciudad de México donde radican la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard, fuertes aspirantes a representar a Morena en las presidenciales de 2024.
Ambos salieron muy temprano hacia sus respectivos centros de votación, la primera en la popular barriada de Tlalpan y Ebrard en la más exclusiva de Cuauhtémoc donde destacó la asombrosa participación de la gente.
Mario Delgado, el presidente nacional de Morena, lo hizo en la Sala de Armas, en Iztacalco, donde negó campañas de la oposición política de acarreo de votantes y destacó la espontaneidad de los participantes, expresión de la gran potencialidad de Morena.
«Donde tengamos reporte de que hubo acarreo, donde tengamos pruebas, se van a presentar estas quejas de la Comisión de Honestidad y Justicia y vamos a evaluar si se cumplió con la convocatoria o no», expresó.
Mientras en centros de votación, como el de Tlatelolco, una hora después del cierre de casillas la gente seguía votando, como sucede en las elecciones federales y estatales cuando la gente que ya está formada puede pasar a la mesa de votación.
Hubo disturbios aislados como casi siempre sucede en estos procesos que fueron magnificados por los partidos políticos opositores, casi todos de muy baja intensidad como en Veracruz donde se reportaron cierres de casillas y hasta la quema de una urna en Tantoyuca.
En Minatitlán, el proceso electoral terminó en riña y se suspendió algunas horas por lo cual sus dirigentes llamaron a la población y a los provocadores a no repetir “los viejos vicios que llevaron al país al despeñadero”.
Pero el resultado fue muy positivo, y Sheinbaum y Ebrard, como buena parte de la prensa nacional, lo calificaron de “proceso muy democrático, mucha gente participando, muchísima en todos los lugares y vamos a esperar la jornada, pero ha sido un proceso muy participativo”.
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