Hemos advertido repetidamente sobre los riesgos de este plan colonial que pretende Israel implementar sobre la salud de los pobladores y el medio ambiente en el Golán, manifestó el diplomático en una carta dirigida en nombre de su país a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Aseguró que la política colonial y discriminatoria de Tel Aviv constituye una grave violación del derecho internacional humanitario y de todas las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas aprobadas por sus diversos órganos.
Según el delegado, este proyecto implica acciones ilegales como la confiscación y apropiación de tierras de los golaneses, además de tener desastrosas consecuencia y daños ambientales y de salud permanentes.
Explicó que más de 80 turbinas gigantes, cada una de 120 metros de altura, se construirán en tres fases en las tierras agrícolas de las aldeas de Ain El-Hajal, Mansoura y Thaljiyat, lo que amenaza con la incautación de más de 400 hectáreas de terrenos productivos.
Damasco afirma repetidamente que el Golán es una parte inseparable de Siria, y su recuperación por todos los medios garantizados por el derecho internacional seguirá siendo una prioridad para Damasco.
Israel ocupó el Golán tras la denominada Guerra de los Seis Días, en 1967, e incorporó ese territorio a su sistema jurídico en 1981, lo cual fue rechazado por la comunidad internacional.
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