Esa entidad señaló que es tiempo de revisar y eliminar muchas regulaciones de control a la planificación familiar, llamó a hacer más inclusivas las políticas de fertilidad y mejorar lo antes posible los servicios vinculados a la maternidad.
Pidió introducir disposiciones en sectores como la vivienda, educación, salud, empleo, seguridad social e impuestos que aligeren la carga financiera en los hogares e incentiven a los matrimonios a ampliar la prole.
Citó que los altos costos en todos esos terrenos y en la crianza de un hijo, así como las preocupaciones profesionales de las mujeres entre los principales factores que desestimulan los embarazos.
En el pasado –indicó la Comisión- nos enfocamos en el control demográfico, pero ahora debemos centrarnos en alcanzar un nivel apropiado de fertilidad y mejorar la calidad, estructura, distribución y desarrollo de la población.
Ese departamento también mencionó la caída en la cantidad de mujeres con deseos de procrear y auguró una tendencia negativa en el crecimiento de la población hacia 2025, con la llegada de menos bebés y el envejecimiento de más habitantes.
A juicio de expertos, la publicación del informe evidencia la determinación del Gobierno a darle solución a un problema en ascenso y que puede afectar las perspectivas de desarrollo en el país.
En abril pasado varios demógrafos advirtieron que China será en 2035 un país superenvejecido y las personas mayores de 60 de edad representarán más de 30 por ciento de la población, al abogar por cambios en el sistema de seguridad social por considerarlo inadecuado, desequilibrado y con problemas para incluir a los residentes rurales.
Según analistas, ese grupo actualmente constituye el 14 por ciento de los mil 412,6 millones de habitantes del gigante asiático y el acelerado ritmo de envejecimiento podría dejar en este 2022 más muertes que nacimientos.
Al remarcar el impacto en el desarrollo socioeconómico, explicaron que en 2020 había casi seis jóvenes para garantizar el sustento de un anciano, pero en 2050 ese índice podría descender a 1,3.
Aunque China todavía es la nación más poblada del mundo, el año pasado solo nacieron 10,6 millones de bebés, hubo 10,1 millones de defunciones y cinco millones de mujeres menos en edad fértil.
Esas cifras encendieron las alarmas porque evidencian el acercamiento del país al declive demográfico y, en un esfuerzo por revertir la situación, el Gobierno relajó más su política de planificación familiar y ahora permite a las parejas tener hasta un tercer descendiente.
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