Las estadísticas muestran que el país pasó de 100 mil hectáreas de bosques en las costas en 1950 a 40 mil en la actualidad.
En declaraciones a medios de prensa Fátima Romero, bióloga de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) e integrante de la Mesa Permanente para la Gestión de Riesgos, señaló que los seres humanos están sobreexplotando los recursos naturales de distintas maneras.
Romero, integrante de esa ONG que lucha por la protección y conservación del medio ambiente en El Salvador y en el ámbito regional, explicó que los manglares son barreras naturales que protegen contra el cambio climático, pero que también son fuentes de subsistencia para muchas poblaciones que se benefician de los seres vivos que en ellos habitan.
La restauración y manejo sostenible de estos ecosistemas es importante, subrayó, ya que según el Índice de Riesgo de Cambio Climático 2009 de Germanwatch, este es un país vulnerable, razón por la cual es importante trabajar en desarrollar medidas de adaptación a los efectos de este fenómeno global.
Según ambientalistas, el Bajo Lempa y otras regiones costeras son las más frágiles a la elevación del nivel del mar, un resultado del cambio climático inducido por el hombre que amenaza a islas y a naciones ribereñas.
El Ministerio de Medio Ambiente estima que el país perderá entre el 10 y el 28 por ciento de su territorio costero este siglo por esa causa.
Estimados científicos señalan que las aguas pueden subir hasta dos metros de altura a finales del siglo XXI. Esta crecida de los océanos dejaría miles de kilómetros de costa a merced de las inundaciones, comprometiendo la seguridad de 745 millones de personas en todo el mundo, según indican científicos que elaboraron un informe mundial de Naciones Unidas.
El próximo intento de la humanidad para abordar este problema será en Sharm El-Sheikh (Egipto), donde tendrá lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (UNFCCC COP 27) del 7 al 11 de noviembre de 2022.
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