La acción consiste en divulgar mensajes antirracistas que serán exhibidos en diversos medios: en seis ediciones del diario Jornal do Ônibus, en redes sociales y dentro de los propios autobuses (en paneles y adhesivos pegados en los vehículos).
El objetivo es alcanzar el mayor número de pasajeros, a personas que circulan en las terminales y el público en general en la octava urbe más poblada del planeta y su región metropolitana, con cerca de 21 millones de habitantes.
La marca de la cruzada trae el icono de un autobús, con el signo de igual entre los faros, acompañado de la frase «Racismo es crimen».
Según el ayuntamiento paulista, con la imagen se pretende demostrar el camino que la sociedad todavía tiene que seguir en la búsqueda del fin del racismo.
Fuentes cercanas a la campaña explicaron que, con la primera pieza divulgada, se procura evidenciar el compromiso del sistema contra la discriminación, reforzando la importancia de denunciar los casos de ese flagelo.
Las siguientes piezas, a su vez, tratarán asuntos más esclarecedores, como la diferencia entre racismo e injuria racial, derechos, cuestiones penales y legales, entrenamiento de conductores y orientaciones a los pasajeros.
Desde julio, SPTrans refuerza el compromiso del combate contra el racismo con empresas privadas y exige que todos los operadores (conductores, cobradores y fiscales) pasen por nuevo entrenamiento.
Paralelamente a la operación, los carriles con mensajes antirracistas están disponibles dentro de los garajes de partida de los autobuses.
Estadísticas oficiales revelan que los negros en Brasil (54 por ciento de una población cercana a 213 millones de habitantes) son minorías en las profesiones, educación superior, remuneraciones salariales, entre otros aspectos de la vida.
Sin embargo, son mayoría en las cárceles, en el desempleo, la pobreza y en el porcentaje de víctimas de homicidio.
Además, la matanza de negros a manos de la policía en las favelas del gigante suramericano, y más claramente en Río de Janeiro, está entretejida en las comunidades como la samba o el fútbol.
La probabilidad de que una persona negra sea ultimada en Brasil es 2,6 veces mayor que la de una que no lo sea. Los negros representaron el 77 por ciento de las víctimas de asesinato en 2019, según datos del Atlas de la Violencia 2021.
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