Según explicó en un comunicado, ese indicador interanual sigue afectado por el aumento de los precios de los alimentos y la energía, que subieron en todos las naciones del bloque, menos en Alemania, Japón y los Países Bajos.
Uno de cada tres países que forman de la OCDE ya tienen una inflación de dos dígitos, con la tasa más alta registrada en Turquía, la cual llegó a 78,6 por ciento, aunque este miércoles se conoció que también subió en julio hasta 79,6 por ciento, la más alta desde la crisis financiera asiática en 1997.
En contraste, la tasa más baja se registró en Japón, con apenas 2,4 por ciento, país que vivió décadas de deflación.
Los precios de los alimentos en la OCDE repuntaron con fuerza y alcanzaron la tasa de 13,3 por ciento en junio, por encima del 12,6 de mayo, el mayor incremento desde julio de 1975.
En tanto, los energéticos se alzaron un 40,7 por ciento en el sexto mes del año.
El costo de la energía fue el principal contribuyente a la inflación en países como Francia, Alemania, Italia y Japón, mientras que, excluidos los alimentos y la energía, impulsó el encarecimiento en el Reino Unido y Estados Unidos.
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