El Ministerio de Relaciones Exteriores mencionó la cancelación de las conversaciones a nivel de comandantes y las de coordinación de políticas de defensa, así como las reuniones sobre un acuerdo militar en la esfera marítima.
Añadió que también se suspenden las pláticas sobre cambio climático y la cooperación en la repatriación de inmigrantes ilegales, asistencia legal en asuntos criminales, delitos transnacionales y narcotráfico.
Más temprano la Cancillería anunció sanciones contra Nancy Pelosi y sus familiares inmediatos, sin precisar en qué consisten.
Pero por lo general, las penalidades chinas implican prohibiciones a entrar a la parte continental del país, Hong Kong y Macao, así como restricciones a las empresas o instituciones afiliadas a los sancionados para hacer negocios aquí.
La Cancillería argumentó que la congresista norteamericana viajó a Taiwán sin importarle las preocupaciones y oposición del gigante asiático, lo cual constituyó una muestra grave de injerencia extranjera, y puso bajo amenaza la paz y estabilidad regional.
También definió la acción como una provocación que además socavó el principio de Una sola China, la soberanía nacional y la integridad territorial.
Aparte de sancionar a la legisladora estadounidense, Beijing reaccionó a su visita con ejercicios militares alrededor de Taiwán durante cuatro días, medidas de castigo contra individuos, empresas y organizaciones acusadas de promover el separatismo, y un alto a algunas importaciones y exportaciones hacia la isla.
El miércoles Hua Chunying, vocera de la Cancillería, dijo que la estancia de Pelosi en la isla no fue un asunto de democracia, sino de soberanía e integridad territorial del país.
Igualmente la acusó de protagonizar con una farsa política y aseguró que Beijing procederá con más contramedidas “decisivas, enérgicas y efectivas”.
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