Solo durante el pasado año, los delitos relacionados con el credo religioso crecieron un 67 por ciento, aquellos que tuvieron por objetivo la orientación sexual se incrementaron en un 64 por ciento, mientras que por motivos raciales o el origen étnico el ascenso fue de seis puntos porcentuales, apuntó un reporte del sitio Statistic Canada citado por el sitio de noticias CTV News.
Acorde con la fuente, el repunte de los crímenes de odio coincidió con la llegada de la pandemia de SARS-CoV-2, que expuso y exacerbó los problemas de seguridad y discriminación.
Dicha situación conduce a los grupos minoritarios a solicitar a las autoridades del país el diseño de una legislación más severa contra esa forma de delincuencia, abundó el medio de prensa.
Según ahondó, el Consejo Nacional Chino Canadiense para la Justicia Social, por ejemplo, pidió al gobierno federal que apruebe una ley contra el racismo para recopilar información específica sobre los culpables, dónde se cometió el delito y las circunstancias en las que se produjo para encausar a los responsables.
El reporte añadió asimismo que la migración constituye un motor de crecimiento crucial para la economía canadiense, y los trabajadores inmigrantes representaron el 84 por ciento del crecimiento total de la fuerza laboral en la década de 2010.
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