La Autoridad de Energía de Gaza anunció en un comunicado la paralización de la planta y confirmó un nuevo horario de distribución de electricidad a los hogares de apenas cuatro horas diarias frente a las 12 actuales.
Desde hace seis días el gobierno de Tel Aviv impide la salida de trabajadores y enfermos de ese territorio, así como la entrada de productos de primera necesidad.
La tensión escaló después del arresto el lunes del jefe en Cisjordania de la Jihad Islámica, Bassam al Saadi, lo cual provocó manifestaciones y duras condenas de diversos sectores palestinos.
Tras varios días de amenaza, el ejército israelí comenzó ayer el bombardeo contra presuntos objetivos de esa agrupación en la franja, en una operación que podría extenderse al menos una semana.
El ministro de Salud palestino reportó hasta el momento 12 muertos y casi 80 heridos como consecuencia de los ataques, respondidos por la Jihad Islámica con andanadas de cohetes contra Israel.
Recientemente la ONG Oxfam denunció que el bloqueo que aplica Israel desde 2007 contra la franja de Gaza impacta cada aspecto de la vida diaria de 2,1 millones de palestinos, 41 por ciento de ellos menores de 15 años.
Ese cerco tiene efectos devastadores para la población civil del territorio al limitar la importación de bienes esenciales, incluidos materiales de construcción, paralizar el comercio interno palestino y las exportaciones, cuestionó.
Oxfam alertó que esas acciones equivalen “a un castigo colectivo que está explícitamente prohibido por el derecho internacional humanitario en el artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra”.
Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el costo acumulado del cierre y de las restricciones económicas totalizaron 16 mil 700 millones de dólares de 2007 a 2018, una cifra equivalente a seis veces el Producto Interno Bruto de la franja.
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