El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) indicó en su reporte que con ese guarismo el país registró una deflación (inflación negativa), la primera después de 25 meses seguidos de alza de precios.
Según el IBGE, fue la tasa más baja registrada desde el inicio de la serie histórica, iniciada en enero de 1980.
La inflación acumulada en lo que va de calendario es del 4,77 por ciento.
En el acumulado en los últimos 12 meses, la tasa disminuyó al 10,07 por ciento, contra 11,89 notficado en los acopiados inmediatamente anteriores.
A pesar de la tregua en julio, ya son 11 meses seguidos con la inflación anual rodando por encima de los dos dígitos y en un nivel más de dos veces por encima del techo de la meta oficial para 2022.
«El resultado del mes fue influenciado principalmente por el sector de Transportes, que tuvo la caída más intensa (-4,51 por ciento), y contribuyó con el mayor impacto negativo (-1 punto porcentual) en el índice», detalló el IBGE en el comunicado.
Tal retroceso en esa categoría se explica por la reducción del precio de los combustibles (-14,15 por ciento) en julio.
De igual manera resultó decisiva la reducción del Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios, que entró en vigor a finales del pasado mes.
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