A partir del impacto de la alta inflación, los esfuerzos para contener la pandemia de Covid-19 y el conflicto en Ucrania, el organismo redujo los pronósticos en 260 mil barriles por día.
De este modo, situó las previsiones de incremento de la demanda de crudo para 2022 en 3,1 millones de toneles diarios, o un 3,2 por ciento.
Por el contrario, mantuvo su previsión de crecimiento de la demanda para 2023 en 2,7 millones de barriles por día.
Según la OPEP, el consumo de petróleo se recupera paulatinamente de los efectos de la crisis sanitaria y este año debe superar los niveles de 2019, a pesar incluso de que los precios tocaron máximos históricos.
Sin embargo, los altos precios del crudo y los brotes de coronavirus SARS-CoV-2 en China continúan mermando las previsiones iniciales de crecimiento para 2022.
«Los fundamentos del mercado mundial del petróleo continuaron su fuerte recuperación hacia los niveles previos al Covid-19 durante la mayor parte del primer semestre de 2022, aunque han aparecido señales de desaceleración del crecimiento de la economía mundial y de la demanda por petróleo», detalló el informe publicado este jueves.
No obstante, acotó, se trata de un crecimiento todavía sólido, si se compara con los niveles de los anteriores a la pandemia de la Covid-19, que eran sólo levemente superiores en promedio y no estaban lastrados por problemas actuales potencialmente impactantes.
En paralelo, la OPEP y sus aliados, incluida Rusia, conocidos de forma colectiva como OPEP+, aumentaron el bombeo tras los recortes máximos aplicados cuando la pandemia afianzó en 2020.
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