En una entrevista con la prensa local, el ministro de Relaciones Exteriores acotó que situación en aquella zona aún no se calmó y Washington puede usarla para exacerbarla, mediante el envío de tropas.
No obstante, advirtió a la Casa Blanca que “la lucha contra más de mil 400 millones de chinos no acabará bien” y consideró una provocación política y deliberada la reciente visita a la isla de la presidenta de la Cámara norteamericana de Representantes, Nancy Pelosi.
En ese punto, calificó de “justificada, racional, necesaria y apropiada” la respuesta de Beijing al viaje de la congresista, indicó que busca mantener la paz y la estabilidad regional, así como defender las normas básicas de las relaciones internacionales.
«No es China la que está cambiando el statu quo en el estrecho de Taiwán, sino Estados Unidos que intenta controlar a China a través de Taiwán, así como las autoridades de la isla, que se entregan a sueños irrealizables y que cuentan con Estados Unidos en busca de la independencia», enfatizó Wang.
Por otro lado, mencionó que también vigilan a los separatistas en Taiwán, pues se amparan en las actuales tensiones para confabularse con fuerzas externas y promover el camino hacia la fragmentación del país.
Wang urgió cuidado con los políticos de otros países que le hacen el juego a los secesionistas, socavan el cimiento de los contactos con China, atacan la Carta de la Organización de Naciones Unidas y violan el sistema de relaciones internacionales establecido tras la Segunda Guerra Mundial.
“Estamos comprometidos con los países amigos, que aman la paz y defienden la justicia, a reivindicar el principio de una sola China, defender los objetivos y la Carta de la ONU y mantener la estabilidad regional y la paz en el mundo entero», subrayó.
China respondió a la visita de Pelosi con una combinación de medidas militares, diplomáticas, políticas y comerciales que ratifica la seriedad de su postura en el tema más sensible de las relaciones con Washington.
El Ejército Popular de Liberación sigue adelante con maniobras a fuego vivo y artillería pesada alrededor de la isla, si bien informó que concluyó con éxito la ronda de varios días lanzada cuando la congresista estuvo en Taipéi el 2 y 3 de agosto.
Aparte, Beijing impuso sanciones a Pelosi y sus familiares, interrumpió ocho mecanismos de diálogo y cooperación con Washington, aplicó medidas de castigo contra individuos, empresas y organizaciones acusadas de promover el separatismo, y suspendió algunas importaciones y exportaciones hacia la isla.
Lo más reciente en su reacción fue un documento en el cual reafirmó que la reunificación de Taiwán es un proceso indetenible, un paso indispensable para consolidar la revitalización nacional y además constituye la misión histórica de su Partido Comunista.
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