El paro, que afecta a nueve empresas británicas y al metro de superficie de Londres (Overground) y se extenderá hasta las primeras horas del domingo, es el segundo que protagonizan los trabajadores afiliados al sindicato Aslef en las últimas dos semanas.
Los más de seis mil 500 huelguistas exigen un aumento salarial que les permita hacer frente a una inflación cercana ya al 10 por ciento.
El secretario general del gremio, Mick Whelan, afirmó que los conductores no reciben un incremento de sueldo desde hace tres años, y acusó al Gobierno de impedir que las compañías les ofrezcan un alza superior al dos por ciento.
Dicen que no pueden, o no quieren darles el aumento, señaló el líder sindical en declaraciones a la BBC, tras advertir que de no llegarse a un acuerdo, habrá más huelgas en las próximas semanas.
Las protestas de Aslef no son las únicas que afectan el servicio de trenes en el Reino Unido, pues el Sindicato de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte y los empleados del Metro de Londres también fueron al paro semanas atrás, y anunciaron que volverán a la huelga la semana próxima.
Se aproxima un verano de solidaridad, no un verano de descontento, donde todos están dejando claro al Gobierno sus puntos de vistas, aseveró Whelan, en alusión a las protestas que se avecinan.
El ministerio de Transporte negó, por su parte, estar bloqueando las negociaciones entre el sindicato y la patronal, pero afirmó que los trabajadores ferroviarios recibieron aumentos salariales de hasta un 25 por ciento en la última década.
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