Datos de la investigación Vigitel 2021 (realizada por el Ministerio de Salud) revelan que un 11,3 por ciento de los entrevistados aseguró haber recibido diagnóstico médico para esa dolencia.
Entre los hombres, el porcentaje fue de 7,3 por ciento; en las mujeres resultó el doble (14,7).
Divulgado en abril, el estudio fue bautizado como Covitel (Investigación Telefónica de Factores de Riesgo para Enfermedades Crónicas No Transmisibles en Tiempos de Pandemia) y su metodología basada en llamadas telefónicas para nueve mil personas.
La intención fue retratar la magnitud del impacto de los principales factores de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles (DCNT) en la población adulta.
Por eso, entre otros puntos, la pesquisa también apuntó el crecimiento del uso de cigarrillos electrónicos y el aumento del sedentarismo, y mostró que los jóvenes y adultos hasta la franja de los 40 años estuvieron entre los más afectados por la subida en análisis de depresión.
G1 indicó que, como ocurrió con muchos brasileños, el impacto en el bolsillo fue uno de los grandes dilemas del período de pandemia para el reconocido comediante Diego Cardoso, de 36 años, quien vio «el fondo del pozo» durante la calamidad sanitaria y recibió el diagnóstico.
«Creo que la privación financiera fue el punto principal, porque de eso viene todo el resto. La dificultad de recaudar el dinero me trajo cosas negativas», desahoga el bromista que tuvo su agenda de espectáculos totalmente cancelada en 2020.
Enfrentando todas esas dificultades en secreto, se aisló aún más que el impuesto, alejándose incluso del contacto virtual con los amigos. Su experiencia le hizo reconocer que no existe la posibilidad de salir de la depresión solo, sea antes o después de la prescripción.
Durante una entrevista con G1, Humberto Corrêa, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Minas Gerais, afirmó que hay un mensaje que debe quedar claro para la sociedad cuando el tema es depresión: la importancia del apoyo.
«La depresión es una enfermedad. El paciente no tiene control sobre esto, necesita ayuda. Muchas veces, durante el proceso depresivo, la persona no tiene ni ánimo, ni energía de sí misma buscar ayuda -ella va a necesitar que alguien le tome la mano y lleve hasta esa ayuda-, hasta el profesional, hasta el centro sanitario», alertó.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 300 millones de personas en todo el mundo sufren depresión, clasificada como una «crisis olvidada de salud global».
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