Bajo un revitalizado programa de campaña electoral del Partido de los Trabajadores (PT), que escuchará el disparo oficial de arrancada el 15 de agosto, Lula cumple recorridos por zonas del país repartiendo esperanza para mejorar las condiciones de vida de su pueblo.
El abanderado del PT encausa su acción proselitista en busca de una articulación para construir una amplia alianza electoral de la izquierda, con la finalidad de derrocar el poder ultraconservador imperante desde 2018, preservar la democracia, rescatar la economía y promover la pacificación del país.
“Me siento triste porque 12 años después de dejar la presidencia, creo que Brasil está más pobre», reconoció recientemente el extornero mecánico en una entrevista concedida al periódico británico Financial Times y lamentó también los altos niveles de desempleo.
Bolsonaro, salpicado por graves denuncias de corrupción en el Ministerio de Educación, recibe fuertes críticas por su actuar sobre la base de supuestas amenazas democráticas, en un intento por establecer miedo y desconfianza ante una posible victoria de Lula en la venidera consulta.
Durante un encuentro, realizado el 18 de julio con unos 40 diplomáticos extranjeros, el capitán del Ejército levantó sospechas sobre las urnas electrónicas, sin presentar pruebas.
Asimismo, atacó a ministros del Tribunal Superior Electoral y del Supremo Tribunal Federal, y defendió la participación de las Fuerzas Armadas en el proceso electivo.
Para el diario O Globo, la agenda del jefe de Estado está aún más clara que después de las mentiras sobre los receptáculos electrónicos proferidas a embajadores.
El rotativo alertó que el exmilitar no aceptará el resultado de la elección si es derrotado y busca movilizar a sus partidarios para intentar repetir en Brasil un movimiento violento de contestación, inspirado en el ataqueal Capitolio el 6 de enero de 2021por parte de seguidores del expresidente estadounidense Donald Trump.
«El golpismo de Bolsonaro es una amenaza aguda a la democracia, que necesita ser enfrentado con energía y determinación”, remarcó la publicación.
Más de 156 millones de electores brasileños están aptos para votar en los comicios donde se elegirá al presidente de la República, además de los futuros gobernadores, senadores y diputados federales, estaduales y distritales.
Según afirmó Lula, el próximo 2 de octubre – día del sufragio – “tenemos que dar un plátano a Bolsonaro para que sepa que va a caer fuera del gobierno».
(Tomado de Orbe)