Ejecutivos del consorcio privatizador se quedan sin argumentos ante la crisis energética en Puerto Rico, cuyos gobernantes han puesto oídos sordos a los reclamos de que se cancele el contrato de distribución y transmisión de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
El apagón de este miércoles provocó un estallido de críticas, incluso de analistas políticos que responden a la línea del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP) y al opositor Partido Popular Democrático (PPD), ambos propulsores de la privatización de la empresa elletrica.
El consorcio canadiense-estadounidense LUMA Energy, que no ha aportado un solo centavo en una llamada “alianza público-privada”, atribuyó el apagón a tres líneas de transmisión que salieron de operación, provocando una falta de balance en el sistema.
“Hemos tenido varios eventos a nivel de líneas de transmisión de 230 mil voltios que han creado un desbalance, por lo que hemos debido que incurrir en la activación de un plan de interrupción”, dijo a la prensa Gary Soto, director de operaciones de LUMA Energy.
El apagón dejó sin electricidad a distintos pueblos de esta isla del Caribe de 3,1 millones de habitantes, que lleva 124 años bajo el dominio colonial de Estados Unidos.
Esta crisis eléctrica es la tercera que enfrenta LUMA Energy en la última semana, lo que se atribuye a la incapacidad para atender los problemas del sistema energético del país, lo que incluye el mantenimiento de las líneas.
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