La fuente destacó que Said Zeid fue baleado frente a su casa, ubicada en la norteña ciudad de Kafr Qara, cuando se disponía a salir para su trabajo sin que hasta el momento se conozcan las causas del crimen.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
Esa minoría experimentó un aumento de la violencia en los últimos años, impulsada principalmente por el crimen organizado, en medio de críticas a la pasividad de la policía para enfrentar el problema.
Las altas tasas de desempleo, la pobreza y otros factores sociales son también causas del flagelo, de acuerdo con varios estudios.
Una encuesta realizada en marzo último reveló que el 94 por ciento de los árabes que viven en Israel sufrieron en alguna ocasión el racismo y la discriminación de la mayoría hebrea.
Según la investigación del Centro para la Religión, la Nación y el Estado, el 69 por ciento dijo ser objeto de racismo y discriminación en lugares públicos, mientras el 41 por ciento lo fue en instituciones académicas.
A mediados del pasado año Iniciativas de Abraham, una organización dedicada a impulsar las relaciones entre árabes y hebreos, lanzó en Twitter la etiqueta #Arab_Lives_Matter, similar al movimiento Black Lives Matter (las vidas negras también importan), que sacudió a Estados Unidos en protesta contra el racismo.
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