En su intervención, Abinader mostró una enorme cantidad de logros en los dos años que lleva al frente del Ejecutivo y eso alegró a unos y molestó a otros.
Uno de los primeros en salir a criticar las palabras del presidente fue el expresidente Leonel Fernández, quien las tildó de tener “mucha espuma y poco chocolate”.
Agregó que el gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) se caracteriza por hacer anuncios grandilocuentes y exagerar sus pocas realizaciones.
Estas son presentadas como referentes mundiales, mediante escenarios mediáticos para dar picazos de proyectos, los cuales luego no son ejecutados, acotó.
El también líder de la Fuerza del Pueblo explicó como la lista de obras públicas prometidas e incumplidas es larga y mencionó la Autopista del Ámbar, Santiago–Puerto Plata, y el polo turístico Pedernales.
El síndrome de las obras sin realizar, dijo, se extendió a las entradas de Samaná y la Romana, al Puerto de Manzanillo, a la circunvalación de Navarrete, de San Francisco de Macorís, la de Azua y la de Baní.
También por esa fuerza política se manifestó el vocero del bloque de diputados, Omar Fernández, quien calificó las palabras del mandatario de reeleccionistas y no una rendición de cuentas, la cual, según la Constitución, debe efectuarse cada 27 de febrero.
Criticó que no fue reconocida la separación de los poderes del Estado, pues el ponente presentó como logros propios leyes estudiadas y aprobadas en el Poder Legislativo y en ese caso el único aporte del Ejecutivo fue el promulgarlas como establece la carta magna.
Además, cuestionó como el gran ausente fue la reforma al Código Penal, una norma necesaria ante la ola de delincuencia que sufre el país y una deuda pendiente con la sociedad dominicana.
Asimismo, el aspirante presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez, calificó como «una obra de teatro» el discurso y aseguró que el escenario donde habló es perfecto para hacer “espectáculos”.
En tanto, la también aspirante presidencial y exvicepresidenta Margarita Cedeño apuntó que lo dicho por el mandatario está completamente ajeno a la realidad.
Al respecto, el secretario general del PLD, Charlie Mariotti, sostuvo como realmente hay poco que celebrar.
Pero la defensa de todo cuanto dijo Abinader no fue poca, ahí está el caso del dirigente de la Fuerza Nacional Progresista, Vinicio Castillo, quien valoró de muy bueno el discurso.
Consideró que sería mezquino negar muchos logros en medio de grandes crisis.
El ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, puntualizó que la gestión del actual gobierno y quien lo encabeza mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
A su vez, la primera dama, Raquel Arbaje, afirmó ser testigo del «arduo trabajo de Luis, las pocas horas de sueño y su esfuerzo para que nuestro país se dirija hacia un verdadero cambio».
Los 52 minutos del discurso del mandatario dieron rienda suelta a criterios, opiniones, críticas y alabanzas que no parecen silenciarse por el momento, y parece será el inicio de dos años de aceros en el aire, por una parte, para repetir la presidencia, y por la otra, en búsqueda de los espacios perdidos.
Se avecinan tiempos de encuentros y desencuentros, pero quienes dirigen no podrán perder de vista que mientras entre ellos le buscan las cuatro patas al gato, un alto por ciento del pueblo espera por la llegada de lo prometido, por la superación de la crisis y poder tener una vida digna y próspera.
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